La Comisión Europea no ha relegado la economía circular en su nueva narrativa sobre sostenibilidad; al contrario, le otorga un papel central para reforzar la seguridad económica, la resiliencia y la descarbonización de la UE. Además, la vincula estrechamente con la gran protagonista del discurso reciente: la competitividad.
Con el fin de avanzar más decisivamente hacia una mayor circularidad, las orientaciones políticas para el período 2024-2029 de la presidenta de la Comisión y la Brújula para la Competitividad anunciaron la intención de aprobar un nueva Ley sobre economía circular de la Unión Europea antes de que finalizase 2026.
En línea con este compromiso, la Comisión Europea ha abierto, hasta el 6 de noviembre, el plazo para recabar datos de cara a la futura propuesta de reglamento sobre una Ley de Economía Circular.
El problema y sus causas
La tasa de circularidad de la economía de la UE apenas ha variado en los últimos quince años (del 10,7 % en 2010 al 11,8 % en 2023). Además, la oferta y la demanda de materias primas secundarias es insuficiente, tanto en términos cuantitativos como cualitativos. Por ello, el principal problema que se pretende abordar mediante el futuro acto legislativo sobre economía circular es la lentitud en la transición hacia la circularidad en la UE.
La Comisión vincula buena aparte del diagnóstico a los problemas asociados con el mercado de materias primas secundarias. Según la Comisión, las materias primas secundarias enfrentan varios desafíos: suelen ser más caras y de menor calidad que las vírgenes, su oferta y demanda continúa siendo insuficiente y su mercado está fragmentado, debido a los obstáculos regulatorios que causan las interpretaciones dispares y una aplicación desigual de la normativa por parte de los Estados miembros.
Además, otro de los frenos a los avances de la circularidad identificados por la Comisión consiste en la inseguridad jurídica que genera la complejidad normativa y la falta de armonización. Como consecuencia, se desincentiva la inversión y se frena la innovación.
La base jurídica
La futura Ley de Economía circular de la UE se prevé que esté fundamentada en el artículo 114 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, que permite a la UE adoptar medidas armonizadas para proteger el mercado único. Se seguiría, así, la estela marcada por la normativa reciente en materia ambiental de la Unión Europea, como el Reglamento de envases o el de ecodiseño. De este modo, todos los Estados miembros estarán vinculados por una misma normativa armonizada, sin posibilidad -o más reducida- de introducir o mantener normativa que persiga una mayor protección ambiental en sus respectivos territorios.
Las posibles opciones regulatorias
Los objetivos principales de esta iniciativa son impulsar la oferta y la demanda de materias primas secundarias (incluidas las fundamentales), crear un verdadero mercado único de residuos y materias primas secundarias, así como simplificar procedimientos y reducir cargas administrativas.
Para ello, se plantean las siguientes opciones regulatorias:
- Revisar y adaptar la normativa vigente en materia de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos para que cumpla mejor su finalidad y simplificarla.
- Reformar los criterios relativos al fin de la condición de residuo.
- Simplificar, digitalizar y ampliar los regímenes de responsabilidad ampliada del productor (RAP). Si bien no se profundiza más en el documento de convocatoria de datos de la Comisión, la Comunicación de la Comisión “El marco único: nuestro mercado interior europeo en un mundo incierto” indicó que se debería apostar por la creación de una ventanilla única digital para la información, el registro y la presentación de información.
- Introducir criterios obligatorios, específicos, eficaces y aplicables a la contratación pública de bienes, servicios y obras circulares para aumentar la demanda en la UE.
Conclusiones
La convocatoria de datos abierta por la Comisión Europea tiene como finalidad informar al público y a las partes interesadas sobre sus intenciones respecto a la futura Ley de Economía Circular, con el propósito de que puedan presentar observaciones sobre la percepción del problema y las posibles soluciones planteadas. Además, se invita a aportar cualquier información relevante, incluyendo datos sobre el impacto potencial de las diferentes opciones evaluadas.
En particular, dada la importancia que la Comisión atribuye a las materias primas secundarias como factor clave en la lentitud del avance hacia una economía circular en la Unión Europea, y considerando que las modificaciones introducidas en la Directiva marco de residuos en 2018 no han logrado eliminar todos los obstáculos regulatorios existentes, las aportaciones relacionadas con posibles mejoras en la regulación del fin de la condición de residuo a nivel europeo serán especialmente valiosas.
Cabe destacar, sin embargo, que esta iniciativa no hace referencia explícita a la regulación de los subproductos, a pesar de que en la Comunicación de la Comisión titulada “El marco único: nuestro mercado interior europeo en un mundo incierto” (mayo de 2025) se incluía este aspecto como prioritario dentro del futuro marco de la Ley de Economía Circular. En dicha Comunicación, la Comisión proponía reformar los criterios tanto del fin de la condición de residuo como de la condición de subproducto, buscando un marco más armonizado y ágil en el mercado único que facilite la adopción de estos criterios a nivel europeo, especialmente para materias primas derivadas de residuos prioritarios. Asimismo, se enfatizaba la necesidad de facilitar los traslados transfronterizos de estas materias primas para su reciclado.
Respecto a la simplificación, digitalización y ampliación de los regímenes de responsabilidad ampliada del productor (RAP), si bien la convocatoria de datos no profundiza en este punto, la misma Comunicación indicada anteriormente publicada en mayo señalaba la creación de una ventanilla única digital para la gestión de la información, registro y presentación de datos, como una medida clave para mejorar la eficiencia y transparencia de estos regímenes.
Por último, es importante subrayar que, aunque las materias primas secundarias constituyen un componente fundamental para la economía circular, por sí solas no transforman una economía lineal en circular. En este sentido, la convocatoria puede resultar crucial para identificar otras causas que dificultan el progreso hacia la circularidad en la UE. Así, las futuras medidas regulatorias no solo deberían centrarse en simplificar el marco jurídico aplicable, sino también en aumentar la seguridad jurídica y facilitar que, a través del derecho, se consiga una protección ambiental más efectiva.